Radio Fe y Alegría conversó con Vidal Brítez, un dedicado yerbatero y catequista de Paso Yobai, quien compartió su experiencia y la difícil situación que atraviesa su comunidad debido a la actividad minera. A pesar de las injusticias vividas, Don Vidal se muestra agradecido y con una profunda fe, considerando estos desafíos como parte de un propósito mayor en su vida.

Defensa del medio ambiente y la producción yerbatera
Don Vidal, como presidente de la asociación de yerbateros, ha estado en la primera línea de la lucha contra los impactos negativos de la minería en Paso Yobai. Señala que, si bien la minería ha existido por años, el cambio en el sistema de trabajo con piletas y cianuro ha generado una preocupación masiva. Muchos productores han perdido sus cosechas, lo que representa un grave perjuicio económico para sus familias, cuyo sustento principal es la “yerba mate, el pulmón de Paso Yobai”.
La contaminación del agua: una amenaza para la comunidad
Una de las mayores preocupaciones de Vidal y su comunidad es la contaminación de los cauces hídricos. Los arroyos emblemáticos de la zona se ven afectados por los desechos de la minería, lo que pone en riesgo la salud y el bienestar de los habitantes. Ante esta situación, la comunidad de Arroyo Santa María han tomado una firme decisión: “Por decisión comunitaria no se acepta el trabajo, ni molino, no hay nada que hacer” en su territorio para proteger su fuente de agua.
Un fuerte apoyo comunitario y espiritual
Tras su detención, Don Vidal sintió el fuerte respaldo de su comunidad y de líderes religiosos. Menciona con gratitud la visita del Monseñor, quien le brindó fortaleza en un momento difícil. Este apoyo, tanto de su familia y vecinos como de la Iglesia, le da la paz interior necesaria para seguir adelante en su lucha por el bien de su comunidad. Como catequista, él siente la responsabilidad de “anunciar las cosas buenas y no se completa ahí si hay un hecho fuera de lugar y no denuncio eso”.
Unidos por el respeto a la tierra y la vida
La lucha de los yerbateros no es contra la minería en sí, sino por el respeto hacia su tierra, la producción y la vida de las familias. Don Vidal enfatiza: “Hay que tener respeto, hay que tener respeto, porque es la injusticia más grande”. Su comunidad busca un equilibrio donde ambas actividades puedan coexistir de manera sostenible, protegiendo los recursos naturales y el sustento de todos.