Religiosos del Paraguay alzan la voz por la justicia y la esperanza

Asunción, Paraguay. En el marco de la Semana Nacional de la Conferencia de Religiosos del Paraguay (CONFERPAR), religiosos y religiosas de distintas congregaciones se reunieron en la capital para expresar su compromiso con el pueblo paraguayo y su preocupación ante la situación actual del país, este miércoles 16 de julio.

Caminata de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Paraguay - el miércoles 16 de julio del 2025 (3)

Una de las actividades centrales de este encuentro fue una caminata realizada el miércoles 16 de julio por el centro de Asunción, que concluyó frente a la Catedral. Durante la marcha, los participantes compartieron momentos de reflexión, oración y denuncia, como parte de una peregrinación simbólica que incluyó paradas significativas, entre ellas, frente al Congreso Nacional.

Caminata de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Paraguay - el miércoles 16 de julio del 2025 (1)Al final del recorrido, se difundió un manifiesto que recoge el sentir de los religiosos y religiosas insertos en las comunidades del país. En este documento, se expresa un fuerte llamado a la justicia social y se denuncia la falta de voluntad política por parte de las autoridades. “La paz verdadera no es posible sin justicia. El pueblo está cansado, agobiado, sin luz ni confianza en las instituciones”, afirma el manifiesto. “Denunciamos con dolor la falta de voluntad política de quienes gobiernan”, continúa el texto, que refleja el profundo malestar de la Iglesia ante la crisis que atraviesa el país.

 

Extracto del manifiesto de la CONFERPAR:

Pero también sabemos que la paz verdadera no es posible sin justicia. Por eso, denunciamos con dolor la falta de voluntad política de quienes gobiernan. Las leyes, que deberían proteger a todos, son manipuladas para beneficiar a unos pocos, dejando al pueblo desamparado y sin voz. La corrupción, la impunidad y el desinterés por el bien común hieren profundamente el alma de nuestra Nación. El pueblo está cansado, agobiado, sin luz ni confianza en sus instituciones.

  • La educación pública, base del desarrollo y la equidad, está desfinanciada, precarizada y olvidada. Nuestros niños y jóvenes aprenden en condiciones indignas, mientras se sigue favoreciendo a sectores privilegiados.
  • La salud pública no garantiza el derecho a la vida. Falta personal, medicamentos, infraestructura, y las familias pobres deben mendigar atención o endeudarse para
  • Los pueblos indígenas siguen siendo víctimas del despojo, la marginación y el racismo
  • La reforma agraria duerme en los cajones del poder mientras crecen los latifundios y se criminaliza la lucha campesina.
  • La depredación de nuestros bosques por parte de empresas poderosas, siguen impunes por más buenas leyes que se tienen por intereses comerciales y atentan la casa común.
  • Miles de jóvenes deambulan sin empleo, atrapados en los cinturones de pobreza de las ciudades, sin oportunidades ni esperanza, presa fácil de adicciones, violencia, de los que se lucran con la trata de personas o migración forzada.

Nosotras y nosotros, mujeres y hombres consagrados, no nos resignamos. Confiamos en el Dios de la vida, el Dios de Jesucristo, el Dios de los pobres, el Dios de la esperanza. Seguimos creyendo que otro Paraguay es posible, si caminamos juntos, con compasión, con verdad y con justicia.

Frente a esta realidad, reafirmamos nuestra vocación profética:

  • Seguiremos caminando con los pobres y por los pobres, siendo signos del Reino en medio del sufrimiento.
  • Denunciaremos las estructuras injustas, aunque incomode, aunque nos
  • Anunciaremos con esperanza que otro Paraguay es posible, donde la dignidad y la vida plena sean para todos.

Nuestro compromiso es con la alegría del Evangelio, que nos llama a estar del lado de los crucificados de la historia. Y con la paz verdadera, que no es posible sin justicia.

Como peregrinas y peregrinos de esperanza, abrazamos el sueño de un Paraguay que conoce a Jesucristo, reconciliado, fraterno, donde cada vida valga y cada derecho se garantice.

El Padre Máximo Mendoza SJ, Provincial de los Jesuitas del Paraguay y actual presidente de CONFERPAR, explicó que este gesto no es solo una protesta, sino también una manifestación de fe y esperanza.

“Es como una expresión de lo que los religiosos y religiosas recogemos de la experiencia en los lugares donde estamos insertos. Desde la fe, nos comprometemos con los más necesitados, los preferidos de Dios Padre. Este manifiesto es más bien una palabra de aliento, de acompañamiento al pueblo, pero también una denuncia de las realidades que atentan contra el proyecto de amor de Dios”.

Respecto a la caminata, el sacerdote explicó:

“Hicimos la peregrinación de la vida consagrada hasta la Catedral, pasando por el Congreso. Tuvimos algunas paradas con signos concretos y momentos de oración, pidiendo la gracia del Señor para acompañar la realidad que vive nuestro país”.

 

Caminata de la Conferencia de Religiosos y Religiosas del Paraguay - el miércoles 16 de julio del 2025 (4)
jueves, 17 de julio de 2025