Caacupé, 8 de diciembre de 2025. En el marco de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción, la Conferencia Episcopal Paraguaya presentó su Carta Pastoral 2026, un documento profundo y extenso que invita al país a mirar su realidad con ojos de fe y responsabilidad. Bajo el llamado evangélico “Denles ustedes de comer” (Mt 14,16), los obispos exhortan a todos los sectores a reconstruir la confianza social, fortalecer las instituciones y trabajar unidos por el Bien Común.
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© Conferencia Episcopal Paraguaya
El Bien Común: eje de la vida social y cristiana
La Carta Episcopal 2026 recuerda que el Bien Común es un principio esencial de la Doctrina Social de la Iglesia y se expresa en los bienes que pertenecen a todos: desde el agua, la tierra y el aire, hasta la justicia, la salud, la educación, la seguridad y la cultura. Los obispos advierten que estos bienes se ven debilitados cuando se privatizan indebidamente, se gestionan con egoísmo o se utilizan para intereses particulares.
“El milagro no brota de una compra, sino de una comunión”, expresa el documento al reflexionar sobre el Evangelio de la multiplicación de los panes. Así, la Iglesia invita a la sociedad a pasar de la lógica de la competencia a la lógica del compartir.
Siete áreas críticas donde el Bien Común está en juego
La Carta Pastoral desarrolla siete ámbitos fundamentales de la realidad nacional y propone acciones para cada uno:
1.Política: vocación de servicio
Los obispos recuerdan que “la política es una de las formas más preciosas de la caridad”. Denuncian la pérdida del sentido comunitario, la compra de votos, el debilitamiento del equilibrio entre poderes del Estado y la creciente desilusión democrática.
Piden:
- Educación cívica real.
- Mayor control ciudadano sobre el financiamiento político.
- Rechazo a campañas de odio y noticias falsas.
- Jóvenes comprometidos en la vida pública.
- Transparencia y coherencia dentro de la propia Iglesia.
2.Economía: desarrollo que incluya a todos
Aunque el país ha logrado estabilidad macroeconómica, los obispos señalan que el crecimiento no llega a todos. Persisten desigualdades, precariedad laboral y falta de oportunidades en sectores campesinos, indígenas y urbanos vulnerables.
Proponen:
- Priorizar empleo digno y reducción de pobreza extrema.
- Impulsar pequeñas y medianas empresas.
- Un pacto fiscal justo.
- Indicadores económicos que incluyan impacto social y ambiental.
- Gestión económica transparente dentro de la Iglesia.
3.Ecología: cuidado de la casa común
Se advierte sobre la deforestación, minería, criptominería, contaminación de ríos y extractivismo sin control. La Iglesia reconoce también sus propias omisiones en materia ambiental.
Acciones sugeridas:
- Cumplimiento firme de la ley ambiental.
- Sanción a industrias contaminantes.
- Protección a defensores ambientales.
- Educación ecológica en parroquias y escuelas.
- Revisión de las prácticas internas de la Iglesia.
4.Justicia: pilar para la convivencia
La falta de imparcialidad judicial, la mora, las interferencias políticas y la percepción de que “la justicia tiene precio” agravan la crisis institucional.
Propuestas:
- Blindar la independencia judicial.
- Selección y sanción transparente de magistrados.
- Educación ciudadana sobre mecanismos de denuncia.
- Defensa de intereses ambientales y culturales.
- Formación en justicia restaurativa.
5.Educación: reconstruir el derecho a aprender
La deserción escolar, la baja comprensión lectora y la precariedad de infraestructura son señaladas como graves heridas del país. La Iglesia reconoce también sus fallas en garantizar inclusión en sus instituciones educativas.
Acciones recomendadas:
- Protección de trayectorias educativas para evitar abandono escolar.
- Reformar el currículo bilingüe.
- Carrera docente meritocrática.
- Más recursos para zonas pobres.
- Escuelas católicas más accesibles y comprometidas con el servicio público.
6.Salud: un derecho, no un privilegio
Los obispos advierten que Paraguay carece de un sistema integrado de salud y está entre los países de la región con menor inversión pública en el área. La fragmentación del sistema convierte la enfermedad en causa de empobrecimiento.
Propuestas:
- Reforma sanitaria despartidizada.
- Cobertura universal y equitativa.
- Mayor inversión en salud y control social.
- Mejor atención a infancia, mujeres gestantes, personas con discapacidad y adultos mayores.
- Mayor compromiso pastoral con enfermos y personas vulnerables.
7.Protección social: dignidad en cada etapa de la vida
Los obispos recuerdan que solo 28,6 % de la población cuenta con seguro médico y más del 60 % del trabajo es informal. Piden un sistema nacional de protección social integrado y estable, sin clientelismo ni cambios según cada gobierno.
Sugerencias:
- Coherencia en la Iglesia con la protección de sus trabajadores.
- Articulación entre salud, educación, empleo y cuidados.
- Auditorías claras para evitar abusos.
- Prioridad para jóvenes, madres adolescentes y familias vulnerables.
Temas transversales: corrupción y participación ciudadana
La Carta es contundente: “La corrupción es peor que el pecado”, citando al Papa Francisco. Los obispos afirman que la corrupción roba a los pobres, destruye instituciones y alimenta el cinismo social.
Proponen como respuesta: la participación ciudadana activa y organizada: control social, defensa de periodistas, asistencia a audiencias públicas, educación ética y procesos sinodales que formen conciencia cívica.
Llamado final: un Pacto Nacional por el Bien Común
La Carta culmina con un llamado a todas las comunidades, autoridades y personas de buena voluntad para construir un Paraguay más justo, fraterno y sin excluidos.
El Bien Común —dicen los obispos— no es una teoría, sino “la escuela que funciona, el hospital que atiende, el juez que no se vende, la economía que da trabajo, el ambiente que no se envenena y el joven que encuentra su lugar”.
La Iglesia pide renovar la esperanza y comprometerse activamente, inspirados en el mensaje de Jesús: “Denles ustedes de comer”.



