Indignación Juvenil: El testimonio de Nicolás Palavecino sobre represión y abuso policial en Paraguay

Óscar Nicolás Palavecino, joven estudiante de economía, de 21 años, relató con crudeza y detalle los abusos sufridos durante su detención en la manifestación el domingo 28 de septiembre de 2025, en Asunción. Su testimonio se suma a una serie de denuncias que apuntan a un patrón sistemático de represión y silenciamiento a jóvenes manifestantes por parte de las fuerzas policiales paraguayas.

Oscar Nicolas Palavecino - Indignacion Juvenil en Asunción

Detención violenta y lesiones

Nicolás asegura haber sido detenido de manera violenta mientras se retiraba de la manifestación, cerca de la zona de la Calle 25 de Mayo. Identificó al comisario Gustavo Errecarte como quien dirigió su aprehensión. Según su testimonio, al menos seis agentes lo redujeron con uso excesivo de la fuerza, esposándolo de manera tan agresiva que aún conserva marcas en sus muñecas.

“Estando ya reducido, me pegaron, me apretaron el cuello con los dedos, me impidieron respirar. A varios compañeros les hicieron lo mismo. Fue un operativo para callarnos, literalmente”, declaró.

Falta de atención médica y condiciones inhumanas

Tras la detención, Nicolás fue llevado, supuestamente, al hospital Barrio Obrero, pero denuncia que no recibió atención médica hasta muchas horas después. «Ni siquiera nos revisaron. A uno de los compañeros que fue atropellado por una moto tampoco lo atendieron. Estaba con lesiones visibles y graves», denunció.

La primera noche en la agrupación policial fue, según dice, una de las más duras: “Dolor, incertidumbre, nadie nos decía nada. Algunos recién al día siguiente recibieron una pastilla de vitamina C”.

Robo del celular y acusaciones directas

Uno de los puntos más graves de su denuncia es la desaparición de su teléfono celular, que afirma fue sustraído por los propios agentes en el momento de la detención.

El comisario Errecarte tenía mi celular en sus manos. Se ve en el video. Era un celular verde esmeralda, marca On, muy distintivo. Se lo pasaron entre agentes y luego desapareció. Yo responsabilizo directamente a Errecarte”, afirmó sin rodeos.

Nicolás: joven, trabajador y comprometido

Lejos de formar parte de grupos organizados o movimientos políticos, Nicolás se presentó como un estudiante de economía en el octavo semestre en la Universidad Nacional de Asunción, y trabajador del sector privado por las mañanas. “Fui a la manifestación solo, por indignación, al ver en redes cómo estaban reprimiendo. Fui con mi celular en mano, ni siquiera sabía que habría represión a ese nivel”.

Su motivación: el derecho a expresar desacuerdo con un modelo de país que, según él, no ofrece oportunidades reales a los jóvenes. “La libertad de resistir, de reclamar por un país mejor, es un derecho. Es lo mínimo que deberíamos defender”.

¿Infiltrados? Sospechas sobre la violencia en las protestas

Palavecino también denunció que los actos vandálicos que se usaron como excusa para las detenciones no fueron cometidos por los manifestantes pacíficos, sino posiblemente por infiltrados. “Nadie de los que vi causando daños fue detenido. Se movían con impunidad, sabían cuándo irse antes de que empezara la represión. Nosotros, los que estábamos pacíficamente, fuimos rodeados por seis o más policías. No había escapatoria”.

Una economía sin rumbo para los jóvenes

Más allá de su experiencia como detenido, Nicolás ofreció un análisis claro y directo sobre la situación económica del país: baja inversión, precarización laboral, falta de planificación a largo plazo y desindustrialización.

“La mayoría de los jóvenes trabaja en lo que puede, no en lo que estudió. El país desperdicia su capital humano. No hay proyecto de desarrollo, solo se piensa en la próxima elección”, reflexionó.

Una lección de vida… y una convicción reforzada

Pese al trauma y las agresiones, Nicolás asegura que esta experiencia no lo va a detener, sino todo lo contrario: “Esto me fortaleció. La solidaridad ciudadana fue inmensa. Estuvimos solos en los medios, pero no en las calles. Recibimos apoyo incluso de desconocidos. No me voy a quedar callado”.

Reflexión final

El caso de Nicolás Palavecino no es aislado. Su testimonio da cuenta de una práctica alarmante de represión estatal en Paraguay, especialmente dirigida a jóvenes que se atreven a alzar la voz. Mientras el gobierno intenta mostrar estabilidad macroeconómica, voces como la de Nicolás advierten sobre una realidad más compleja y dolorosa: un país que, a pesar de sus cifras, no garantiza derechos básicos como la libertad de expresión, la seguridad ciudadana y la justicia.

¿Democracia o autoritarismo? La pregunta está sobre la mesa.

martes, 30 de septiembre de 2025