Punto sobre la situación crítica de los jubilados y pensionados municipales, quienes, tras décadas de servicio y aportes, hoy viven en el abandono institucional más absoluto. Este no es simplemente un caso de retrasos en pagos. Se trata, en palabras de muchos de los propios afectados, de un crimen social y financiero, donde el Estado y sus instituciones han fallado en garantizar el derecho básico a una vejez digna. Entrevista realizada por la locutora Gladis Fisher en el programa “Río de Palabras” el jueves 02 de octubre del 2025.
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¿Qué está pasando con los jubilados municipales?
A lo largo del programa, se conversó con varios representantes de la Asociación Paraguaya de Jubilados y Pensionados Municipales, quienes relataron con crudeza la angustiante realidad que enfrentan: no están cobrando sus haberes jubilatorios, pese a haber aportado hasta el 10% de sus salarios durante décadas.
“Esto no es una dádiva. No es un regalo. Es dinero que se nos descontó durante años”, expresó indignado don Obdulio Ojeda, exvicepresidente de la asociación.
Muchos jubilados se ven obligados a depender económicamente de sus hijos o familiares, algo que precisamente querían evitar con su jubilación. Otros no pueden pagar medicamentos, servicios básicos o siquiera su alimentación diaria.
¿Dónde está la plata?
Esa es la gran pregunta. Durante el programa, se denunció que la Caja Municipal de Jubilaciones y Pensiones atraviesa una crisis financiera profunda. Los fondos jubilatorios —aportados por trabajadores nombrados de más de 160 municipalidades del país— desaparecieron sin explicación clara.
“Estamos hablando de millones de dólares. ¿Qué pasó con esos fondos?”, cuestionó la doctora Blanca Fleitas, miembro de la comisión directiva de la asociación.
Se mencionaron casos de inversión negligente, como la inyección de capital a una empresa quebrada, que terminó desapareciendo y dejando una deuda de más de 6.000 millones de guaraníes con la caja.
Corrupción, impunidad e ilegalidad
La abogada Elizabeth Benítez Ríos, también jubilada, fue contundente al afirmar que hay un clan enquistado en la administración de la caja desde hace más de 15 años. Incluso denunció que las elecciones del consejo realizadas en 2019 fueron anuladas por la Corte Suprema, pero los mismos responsables siguen ocupando los cargos de manera ilegal y de facto.
Entre otras denuncias graves:
- Se cobraron aportes de personas que jamás recibieron su dinero.
- Se falsificaron firmas para cobrar doblemente.
- Se incendió un archivo para borrar evidencia, hecho que ya tiene una condena judicial.
- Se autoaumentaron sueldos y realizaron nombramientos innecesarios en medio de la crisis.
Incluso existe un fallo del Tribunal Contencioso Administrativo que ordena a los miembros del consejo devolver lo cobrado en exceso. Lejos de acatarlo, apelaron la decisión ante la Corte.
La justicia que no llega
Pese a la cantidad de demandas, denuncias, auditorías y pruebas acumuladas, nadie ha sido responsabilizado ni el dinero ha sido devuelto. Según explican los afectados, la contraloría detectó más de 25 mil millones de guaraníes sin justificar, pero su informe fue “encajonado” y jamás pasó a la Fiscalía.
“Tenemos identificados a los responsables. Tenemos las pruebas. ¿Qué más hace falta para que actúe la justicia?”, preguntaron en vivo.
Los tres poderes del Estado —Ejecutivo, Legislativo y Judicial— han sido señalados por complicidad o indiferencia. Incluso se acusa al presidente de la República de haber nombrado a uno de los principales responsables de esta situación, el señor Venancio Díaz, actual presidente de la caja.
La dimensión humana del problema
Más allá de las cifras y los tecnicismos legales, lo que más duele es la dimensión humana de esta tragedia.
“Uno trabaja toda su vida para no ser una carga. Pero hoy muchos jubilados tienen que depender de sus hijos o mendigar ante los intendentes para que liberen los fondos. Eso es inaceptable”, dijo una de las entrevistadas.
Algunos compañeros ya murieron sin ver un solo guaraní de su jubilación. Otros sobreviven con angustia, esperando cada mes el milagro del pago. “Esto no es solo corrupción. Es criminal. Nos están robando el presente y el futuro”.
¿Quién responderá por este crimen?
Lo que está ocurriendo con los jubilados municipales no es un caso aislado ni un error administrativo. Es un reflejo más de un sistema donde la corrupción, la impunidad y la deshumanización se entrelazan para silenciar las voces de los más vulnerables.
La pregunta ya no es solo dónde está la plata, sino dónde está la justicia.
Hasta que alguien responda, seguirá creciendo el número de paraguayos y paraguayas que, tras una vida de servicio, ven su vejez convertida en un calvario.


