El Dr. Luis Alberto Riart, ex Ministro de Educación de Paraguay, enfrenta una condena que muchos consideran injusta. A pesar de su destacada trayectoria académica y ética, fue sentenciado por un delito sin pruebas claras. Este artículo narra su historia y la lucha por su liberación.

La injusticia que clama al cielo
En el corazón de Paraguay, una sombra de injusticia se cierne sobre el Dr. Luis Alberto Riart, ex Ministro de Educación durante la presidencia de Fernando Lugo. A pesar de una vida dedicada al servicio y una trayectoria académica intachable, el Dr. Riart se encuentra hoy injustamente privado de su libertad, una situación que el Dr. Aníbal Barrios, que forma parte del grupo de apoyo, describe como un “ensañamiento” en una emotiva entrevista para el programa “La tarde contigo” de Radio Fe y Alegría, bajo la conducción periodística de Luis Fernando Ibañez.
Un intelecto brillante y un alma salesiana
El Dr. Luis Alberto Riart, cariñosamente conocido como “Beto”, es una figura de imponente formación y vasta experiencia. Su currículum es un testimonio de su brillantez: Doctor en Pedagogía y Doctor en Filosofía, su preparación académica lo llevó a estudiar en prestigiosas instituciones, realizando su doctorado y posdoctorado en Alemania y formándose en Lorena de San Pablo, Brasil, en filosofía. Pero más allá de sus títulos, la vida del Dr. Riart está marcada por su profundo compromiso ético y moral, forjado en sus años como seminarista salesiano.
“Estuvo en el seminario con los Salesianos, donde realizó la filosofía, la pedagogía; además, hizo el noviciado, y la práctica que le llaman en la congregación salesiana tirosinio, la práctica pedagógica, antes de ir a la teología, porque hasta el tirosinio él estuvo”, relata el Dr. Aníbal Barrios, destacando la sólida base humanística y pedagógica que lo caracterizó. Su paso por el colegio Monseñor Lasaña y el aspirantado Salesiano de Ypacarai, afianzaron su vocación de servicio y su profunda conexión con la educación. Fue director de posgrado en la Universidad Católica y profesor en la Universidad El Salvador de Buenos Aires, dedicándose “exclusivamente a la educación”.
La absurda acusación y la evidencia ignorada
El Dr. Riart fue acusado de lesión de confianza en 2019, en relación con la compra del edificio Excélsior para las oficinas del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). Sin embargo, como bien señala el Dr. Barrios, “en el juicio oral, según dicen los que participaron, se demostró que no hubo ninguna lesión de confianza”. A pesar de la evidencia que desvirtuaba la acusación, la justicia paraguaya, con una votación de dos contra uno, lo encontró culpable y le impuso una condena de tres años. Una pena que, según el Dr. Barrios, “si era cierto todo eso tenía que ser sido, pienso yo, mucho más”, lo que subraya la debilidad de la acusación.
Lo más alarmante es que el Dr. Riart no se encontraba en el país cuando se presentó la denuncia, debido a sus compromisos académicos en Argentina y Alemania. A pesar de ello, “venía cada vez que era llamado para poder dar su defensa, o poder testimoniar su situación”. Su compromiso con la verdad y la justicia lo trajo de vuelta a Paraguay para enfrentar un proceso que carece de sustento real. Hoy, tras haber cumplido un año en la Agrupación Especializada y posteriormente bajo prisión domiciliaria en el barrio San Vicente, el Dr. Riart sigue demostrando una entereza inquebrantable.
La solidaridad incesante y el clamor por justicia
La causa del Dr. Riart ha movilizado a un amplio círculo de amigos, conocidos y seguidores que se niegan a aceptar esta injusticia. “Cada semana están teniendo una actividad justamente los días jueves, que se centra normalmente sobre temas jurídicos, educativos, políticos, de investigación en general”, detalla el Dr. Barrios, describiendo el incansable esfuerzo por mantener viva la discusión sobre su caso. Además, los martes se realizan actividades artísticas en la Plaza de los Desaparecidos, y mensualmente, una misa en su domicilio. En este mes, el celebrante va a ser el Monseñor Mario Melanio Medina. Estos encuentros no solo brindan apoyo espiritual, sino que también son un espacio de unión y solidaridad.
El Dr. Aníbal Barrios coordina personalmente estas misas, destacando que son “un acto humano de alguien que puede sentir, puede comparecerse de alguien que sufra, pero también es un acto psicológico. Es tratar de darle ánimo a alguien que necesita. También es un acto solidario… y es también una situación económica”. La comunidad se organiza para brindarle apoyo en todos los frentes posibles, demostrando el profundo aprecio y respeto que se le tiene al Dr. Riart.
La batalla por la revisión y la esperanza internacional
El equipo jurídico del Dr. Riart está preparando un pedido de revisión del caso, una instancia que legalmente “ya es casi imposible”, pero que, como señala el Dr. Barrios, ha tenido precedentes en casos donde la injusticia era “tan evidente que no era justo”. La convicción de que existe una “orden”, un “ensañamiento” detrás de esta condena, impulsa esta búsqueda de justicia.
Si el pedido de revisión no prospera, la siguiente fase será recurrir a instancias internacionales. “Recordarás que hay casos en nuestro país en donde personajes de la Corte Suprema Justicia, por ejemplo, recurrieron y obtuvieron respuesta positiva de la Corte Interamericana de Justicia. Por el Derecho Humano. Y hay antecedentes”, enfatiza el Dr. Barrios, mostrando la determinación de agotar todas las vías posibles para lograr la libertad del Dr. Riart.
La frase “Justicia para Beto Riart” se ha convertido en el grito de guerra de sus seguidores, plasmada en carteles y resonando en cada encuentro. Es un clamor por un Paraguay donde la honestidad y la integridad no sean castigadas, y donde el servicio público no sea una condena. La historia del Dr. Luis Alberto Riart es un recordatorio de que la lucha por la justicia es constante, y que la solidaridad puede ser la luz en los momentos más oscuros.