“¿Dónde está tu hermano?” – Comunicado de la Conferencia de religiosas y religiosos del Paraguay sobre la tragedia humanitaria en Gaza

La Conferencia de Religiosas y Religiosos del Paraguay (CONFERPAR) expresa su profunda preocupación ante la tragedia humanitaria en Gaza. Este es el comunicado del 9 de junio de 2025.

Destruction of Gaza © gloucester2gaza

Logo CONFERPAR Paraguay«¿Dónde está tu hermano? (…) La sangre de tu hermano clama a mí desde el suelo» (Gn 4, 9 10).

Desde nuestro compromiso de fe y humanidad, las religiosas y los religiosos del Paraguay queremos alzar nuestra voz ante el sufrimiento desgarrador del pueblo palestino y, de modo particular, de la población de Gaza. La situación de colapso humanitario que allí se vive ha alcanzado niveles de devastación que, según palabras recientes del papa Francisco, acogiendo la opinión de diversos expertos, “tiene las características de un genocidio”.

Nos sentimos profundamente interpelados por el clamor de las víctimas. Como Iglesia sinodal, que camina con todos los pueblos a los que busca servir, no podemos permanecer indiferentes ni permitir que el silencio se convierta en complicidad. Las gravísimas violaciones al derecho internacional humanitario –el asedio prolongado, el bombardeo sistemático a campos de refugiados, hospitales y de otras infraestructuras civiles, la negación de ayuda humanitaria, la muerte masiva de niños, mujeres y personas inocentes, el desplazamiento forzado y, más recientemente, la amenaza de expulsión total de la población palestina de Gaza– nos hablan de una realidad de violencia extrema, incompatible con la dignidad humana que compartimos como hijos e hijas de Dios, y con cualquier noción de justicia y paz.

No hay paz sin justicia y esta exige verdad, reparación y compromiso. El dolor de Gaza no puede ser relativizado ni, mucho menos, justificado.

Toda vida, ya sea israelí o palestina, es sagrada por ser don de Dios. Pero la sistematicidad y brutalidad de los crímenes israelíes contra la población palestina, así como la destrucción de Gaza y otros territorios, exigen una condena clara y firme por parte de todos los países y un compromiso activo de la Iglesia católica, de todas las Iglesias, de los organismos humanitarios y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Pedimos el cese inmediato de toda violencia, la apertura de corredores humanitarios seguros, el ingreso sin restricciones de ayuda, la liberación de rehenes y la reconstrucción urgente de Gaza con apoyo internacional. Nos unimos también a los esfuerzos por una paz que no sea la imposición del más fuerte, sino fruto del diálogo, la justicia y el respeto de los derechos legítimos de ambos pueblos.

Somos conscientes de que una parte importante del pueblo judío, dentro y fuera de Israel, ha alzado su voz contra esta guerra. Reconocemos y valoramos esos gestos de humanidad y profecía, y llamamos a no confundir el cuestionamiento firme al sionismo con antisemitismo. El respeto a la vida, la libertad y la dignidad del pueblo palestino no es incompatible con el respeto al pueblo judío; al contrario, es una exigencia ética compartida. Todos somos hermanos. No hay pueblos superiores a otros. La dignidad no se mide por la fuerza, y mucho menos por la violencia, sino por el respeto mutuo.

Reiteramos las palabras de Francisco: “La guerra nunca debe ser inevitable porque en ella nadie gana y todos perdemos; las armas pueden y deben callar porque no resuelven los problemas, sino que los agravan.”

Como creyentes, sentimos el deber de orar, denunciar y actuar. Invitamos a nuestras comunidades a mantener viva la esperanza, a formarse, y a comprometerse mediante acciones concretas en favor de la paz en Gaza. No podemos resignarnos ante la lógica del poder sin límites. La paz es posible si hay voluntad política, pero debemos tejerla desde todos los espacios y con nuestras propias manos.

Confiamos esta súplica a Nuestra Señora de la Paz. Que su manto cubra a quienes sufren, y nos impulse a ser constructores de puentes, no de muros; sembradores de justicia y no de odio.

Conferencia de Religiosos y Religiosas del Paraguay

jueves, 12 de junio de 2025