En la ciudad de Areguá, en un rincón de valor geológico y ecológico incalculable, se encuentra el Monumento Natural Cerro Kõi y Chororî, una reserva que protege formaciones rocosas únicas en el mundo y una biodiversidad en recuperación. En este entorno privilegiado, conversamos con Adrián Chaparro, guardaparque e ingeniero agrónomo, quien comparte su experiencia y compromiso con la conservación de este patrimonio natural paraguayo. Entrevista realizada para el programa «Un chyryry de cultura».
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Adrián Chaparro forma parte de un equipo de cinco guardaparques que cuidan este monumento natural. Su rol va más allá de la vigilancia: también guían a los visitantes, realizan tareas de mantenimiento de senderos, controlan posibles irregularidades dentro de la reserva y registran la biodiversidad del área.
«Me gusta lo que hago», expresa con convicción. «No estoy encerrado en una oficina; trabajo al aire libre, en contacto con la naturaleza. Escucho el canto de los pájaros, veo pasar animales… eso no tiene precio».
Un paisaje geológico singular
La principal riqueza del lugar son las formaciones de areniscas columnares, compuestas por minerales como hierro, sílice y micas. Las rocas, de formas inusuales —cuadrangulares, alargadas, pentagonales y hasta octogonales—, le otorgan al paisaje un carácter casi escultórico.
Esta singularidad geológica fue lo que motivó la declaración del área como zona protegida en 1993. Antes de esa fecha, las piedras del cerro eran utilizadas como cantera, especialmente para empedrados. De hecho, muchas calles del casco céntrico de Areguá están construidas con estas piedras, y por su valor patrimonial se prohíbe asfaltarlas.
Un refugio para la vida silvestre
Aunque el objeto principal de conservación son las formaciones rocosas, la reserva también resguarda una rica biodiversidad. Entre las especies de fauna registradas se encuentran el teju guasu, el zorro y diversas especies de armadillos. La avifauna también es destacable, con aves como tucanes, guacamayos, loros y muchas otras especies comunes del bosque paraguayo.
En cuanto a la flora, el lugar alberga árboles nativos como el tajy, kurupay, guayaibí y tarumá, especies esenciales para el equilibrio del ecosistema.
Recuperación tras el incendio
Un hecho doloroso marcó a esta reserva: un incendio devastador hace cinco años arrasó con el 100% del área. Sin embargo, la naturaleza mostró su fuerza regenerativa. “Hoy en día tenemos árboles que han vuelto a brotar. Es una esperanza”, dice Chaparro, con una mezcla de orgullo y responsabilidad.
Visitas al monumento: una experiencia educativa y gratuita
El Monumento Natural Cerro Kõi y Chororî está abierto todos los días de 8:00 a 16:00 horas. La entrada es gratuita, y los visitantes reciben una charla introductoria sobre el recorrido y las recomendaciones a seguir. Las visitas se realizan caminando, a través de senderos preparados para la observación y el disfrute del paisaje. Durante la semana, es común recibir a grupos escolares y universitarios que visitan la reserva como parte de su formación académica.
«Queremos que la gente conozca y valore este lugar, que es único en el mundo. Es un patrimonio de todos los paraguayos«, enfatiza Chaparro.
Una invitación abierta
Culminando la entrevista, Adrián Chaparro invita calurosamente a toda la ciudadanía a acercarse y conocer esta joya natural. «La vista desde lo alto es impresionante. Hay un silencio que te conecta con la naturaleza. Es un lugar para reflexionar, aprender y admirar lo que tenemos».
🏞 Visítalo tú también
📍 Ubicación: Cercanías de Areguá, Departamento Central
🕗 Horario: Todos los días, de 8:00 a 16:00 hs (cerrado en días de lluvia)
💰 Entrada: Gratuita
👣 Acceso: Caminatas guiadas por senderos señalizados

«Me gusta lo que hago», expresa con convicción. «No estoy encerrado en una oficina; trabajo al aire libre, en contacto con la naturaleza. Escucho el canto de los pájaros, veo pasar animales… eso no tiene precio».

