Cien años de fe y lucha en el Chaco: Monseñor Fritz revela la historia de los Misioneros Oblatos

Entrevista a Monseñor Miguel Fritz, del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, sobre el nuevo libro “100 años de presencia Oblata en el Chaco”, basado en documentos inéditos. Saca a la luz el papel crucial de la congregación en la defensa de los pueblos indígenas, enfrentando desde inclemencias naturales hasta la brutalidad de la guerra.

libro - cien años de presencia oblata en el Chaco - Miguel Fritz OMI © Conferencia Episcopal Paraguaya

Monseñor Miguel Fritz, del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, dedicando su nuevo libro “100 años de presencia Oblata en el Chaco” © Conferencia Episcopal Paraguaya

En una reveladora entrevista concedida a Luis Fernando Ibañez para el programa “La tarde contigo” de Radio Fe y Alegría, el Monseñor Miguel Fritz, del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, desgranó los pasajes más impactantes de los 100 años de presencia de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en el Chaco paraguayo. La conversación sirvió como antesala a la presentación de su nuevo libro, el número trece en su prolífica carrera como autor, una obra que promete redefinir la comprensión de la historia moderna de la región.

El libro, titulado “100 años de presencia Oblata en el Chaco”, nace de las profundidades de un vasto y rico archivo histórico en el obispado de Mariscal Estigarribia. “Encontré datos tan llamativos, tan interesantes, tan impactantes, y algunos también horripilantes, que dije: eso necesita saber el mundo“, confesó Monseñor Fritz. La obra es una cuidadosa selección y traducción del alemán al castellano de miles de cartas, informes y decretos de los primeros misioneros, en su mayoría germanos, que documentaron su día a día en una tierra indómita y en un contexto político explosivo.

La defensa indígena: “Si no hubiera sido por los Oblatos, los nivaclé ya no existirían”

Al ser consultado sobre los aspectos fundamentales de esta centenaria misión, Fritz no dudó en señalar dos frentes de batalla: las inclemencias de la naturaleza y las de la política. Los primeros oblatos se enfrentaron a inundaciones, incendios, falta de caminos y de alimentos. Pero el desafío más grande fue humano.

“Cuando los oblatos llegaron, esa región del Pilcomayo fue ocupada por tropas bolivianas, y ellos no respetaban la vida de los nivaclé“, relató Fritz. Los misioneros se encontraron con un escenario de abusos y violencia sistemática contra el pueblo originario. Sin haberse preparado para ello, su misión evangelizadora se transformó en una misión de defensa.

El punto más crítico llegó con la Guerra del Chaco. Según Fritz, los oblatos, con el apoyo de una Argentina oficialmente neutral, ayudaron a armar a los nivaclé para su defensa. Esto los colocó en la mira del ejército boliviano, que los persiguió y acusó de espionaje. “Comenzaron a perseguirlos, a matarlos, incluso querían exterminar a los nivaclé. Hubo masacres, y si no hubiera sido por los oblatos, los nivaclé ya no existirían”, afirmó con contundencia, subrayando una de las mayores revelaciones de su investigación.

Una Misión que se reinventa

Tras la guerra y la consolidación del territorio como paraguayo, la misión tuvo que reorientarse. Los oblatos, que hasta entonces miraban hacia Bolivia, se volvieron hacia Asunción. Establecieron nuevas comunidades en el Bajo Chaco y mudaron su centro a Mariscal Estigarribia. Fue entonces cuando surgió un nuevo desafío: la llegada de comunidades guaraníes traídas desde Bolivia, lo que generó nuevas tensiones sociales. “Otra vez estaban presentes y tuvieron que buscar cómo defender a los indígenas guaraníes”, explicó Fritz. De esa lucha nacieron enclaves fundamentales como la Misión Santa Teresita y la Misión Guachalla (hoy Pedro Peña).

Figuras clave y un legado vivo

La historia de los oblatos está marcada por figuras de una fortaleza inquebrantable. Monseñor Fritz destacó a dos sin dudar: el Padre Enrique Breuer, segundo superior de la misión, quien logró conseguir las tierras para las comunidades, pero que más tarde fue acusado de ser un “espía paraguayo” y forzado a renunciar tras un enfrentamiento con el Nuncio Apostólico en La Paz.

El segundo personaje es Walter Vervoort, quien llegó a ser el primer obispo del Vicariato. “Yo creo que no pasó día en que no escribiera con su máquina mecánica, cartas y cartas”, recordó Fritz. Esas cartas son hoy los documentos que forman la espina dorsal del libro y reflejan no solo la vida de la misión, sino también la historia política y social del Paraguay, con crónicas sobre el ascenso de Stroessner o la creación del antiguo INDI.

El legado oblato es visible hoy en todo el Chaco, desde Esteros hasta Mariscal Estigarribia, y en las parroquias que hoy son mantenidas por sacerdotes diocesanos, incluyendo a los primeros sacerdotes indígenas de la historia del Paraguay, un fruto directo de aquella misión inicial.

Desafíos del Presente y un Futuro por Escribir

Mirando hacia el futuro, Monseñor Fritz señaló que los desafíos persisten. La lucha por asegurar tierras para cuatro comunidades indígenas sigue siendo una prioridad. Pero quizás el reto más profundo es cultural: “Cómo lograr que los jóvenes indígenas, hoy en día, logren una mayor etnoestima, que estén orgullosos de su cultura”. En una era de globalización y nuevos pobladores en el Chaco, fortalecer la identidad indígena es, para Fritz, la continuación natural de la misión de defensa iniciada hace un siglo.

El autor de esta monumental recopilación histórica, Monseñor Miguel Fritz, está a punto de convertirse él mismo en un protagonista central del futuro de la región. Tal como confirmó al cierre de la entrevista, el próximo 14 de julio será su ordenación como Obispo Vicario Apostólico del Pilcomayo, tomando el timón de la misma historia que con tanto esmero ha rescatado del olvido.

miércoles, 18 de junio de 2025