La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) repudió al comunicado del INDERT del 9 de mayo, analizando sus implicaciones para el derecho a la protesta y el acceso a la tierra. Entrevista a Abel Areco, de Base Investigaciones Sociales, en el programa ‘Mientras Tanto’ de Radio Fe y Alegría.

La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (CODEHUPY) ha manifestado su preocupación y repudio ante un comunicado emitido por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) el pasado 9 de mayo. Abel Areco, de Base Investigaciones Sociales y miembro del Grupo de Trabajo de Tierra, Territorio y Ambiente y Derechos Humanos de la CODEHUPY, conversó sobre este tema. El comunicado del INDERT, que insta a los campesinos a no adherirse a movilizaciones “violentas” bajo la amenaza de judicialización y la pérdida de acceso a títulos de propiedad, ha sido calificado como preocupante y fuera de lugar por las organizaciones de derechos humanos.
Un Comunicado Represivo: La Interpretación de la CODEHUPY
El comunicado del INDERT, dirigido a los campesinos de sus colonias, sugiere que la participación en manifestaciones y cierres de rutas podría impedirles acceder a sus títulos de propiedad debido a supuestos antecedentes judiciales. Sin embargo, Abel Areco desmiente esta afirmación: “nosotros no compartimos esa postura donde desconocemos que exista una ley que diga que la persona con antecedentes no puede ser adjudicado con un título de propiedad”. La CODEHUPY considera que el comunicado criminaliza la protesta social, un derecho legítimo y un mecanismo histórico para la reivindicación de tierras. La referencia específica a las movilizaciones en San Pedro, donde campesinos exigen tierras confiscadas a narcotraficantes, revela una intención de coaccionar a los movimientos sociales.
La Historia Ignorada: Protesta y Acceso a la Tierra en Paraguay
Abel Areco enfatizó que el INDERT, al sugerir que las movilizaciones son violentas y que los participantes serán judicializados, ignora la historia de las luchas campesinas por el acceso a la tierra en Paraguay. Desde la caída de la dictadura, el campesinado ha logrado la conquista de tierras a través de la movilización, ocupaciones de latifundios improductivos y cierres de rutas. “Si estos mecanismos de protesta no se utilizaban, el INDERT no iba a estar generando título ahora mismo”, sentenció Areco. La política actual del INDERT se centra en la titulación de tierras ya conquistadas, en lugar de promover una verdadera redistribución de la tierra o la recuperación de tierras malhabidas, lo que perpetúa la problemática de la tenencia.
Tierras Decomisadas y el Rol del Estado: Un Debate Inconcluso
La discusión también abordó el caso de las 11.000 hectáreas decomisadas al narcotraficante “Cabeza Blanca” en San Pedro. Los campesinos exigen que estas tierras sean destinadas a la reforma agraria, pero el gobierno ha mostrado una negativa. Areco sostiene que no existe impedimento legal para que la SENAD (Secretaría Nacional Antidrogas) done estas tierras al INDERT para su redistribución, incluso bajo la figura de donación. “No hace falta ni siquiera que diga concretamente que en la ley del Senabico que las tierras que son confiscadas puedan ser destinadas para la reforma agraria. O sea, en esa figura de donación nomás, yo creo que se puede viabilizar y legalizar esta tierra a favor del INDERT”, explicó. Esto subraya la falta de voluntad política del Estado para resolver la histórica problemática de la tierra.
Un Llamado a la Acción: Por una Reforma Agraria Genuina
El pronunciamiento de la CODEHUPY y el análisis de Abel Areco destacan la necesidad de un cambio de enfoque en la política agraria paraguaya. Más allá de la titulación, se insta al Estado y al INDERT a implementar una verdadera redistribución de la tierra, recuperar tierras malhabidas y asegurar un presupuesto suficiente para la compra de nuevas tierras. Solo atacando las causas estructurales de la desigualdad en la tenencia de la tierra se podrán evitar los conflictos y garantizar el derecho fundamental a una vida digna para el campesinado.