El sabor amargo del Rally del Chaco. Reflexión de Monseñor Miguel Fritz

El Monseñor Miguel Fritz, obispo del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, expresó su profunda preocupación por los efectos sociales y ambientales que provoca año tras año el Rally del Chaco. Entrevista realizada por Luis Fernando Ibañez en el programa “Estación Sur”.

Miguel Fritz obispo del Vicariato Apostólico del Pilcomayo

Aunque el evento se presenta como una competencia deportiva que atrae turismo y genera entusiasmo, el religioso lo describió como una fuente de sufrimiento y tristeza para las comunidades locales, particularmente para los pueblos indígenas y sectores más humildes del Chaco paraguayo.

Hace décadas que estamos sufriendo este acontecimiento. Para nosotros es, en primer lugar, una tristeza y un sufrimiento”, lamentó Fritz, señalando que durante la edición de este año se registraron nuevamente accidentes graves y una víctima fatal.

El obispo relató varios casos ocurridos durante el fin de semana del Rally: una mujer indígena atropellada, un accidente con heridos de gravedad y la muerte de un joven que se dirigía a su trabajo en motocicleta. “Cada año tenemos que lamentar la perdida de vidas humanas, y estos hechos ni siquiera se publican en los medios”, denunció.

Crítica al gasto y la falta de control

Fritz cuestionó los altos costos económicos que implica el evento y el uso de recursos públicos para su organización y control. Recordó que, según datos de hace dos décadas, un vehículo de competición ya costaba más de un millón de dólares.

“Que la gente que tiene dinero lo gaste como quiera, pero los gastos de seguridad, ambulancias y atención hospitalaria los termina pagando el ciudadano común”, subrayó.

Insuficiencia de los planes de seguridad elaborados por las autoridades. “Vimos patrullas policiales acumuladas en un solo punto. Con los accidentes que hubo, es evidente que no se logró prevenir nada”, añadió.

Deforestación, agrotóxicos y comunidades indígenas

Más allá del Rally, Monseñor Fritz, obispos del Vicariato apostólico de Pilcomayo abordó otros temas de fondo que afectan al Chaco paraguayo, como la deforestación acelerada, la expansión de la soja y el algodón transgénico, y la contaminación del acuífero chaqueño.

Indicó que solo en los últimos cinco años se deforestaron más de 586.000 hectáreas en el distrito de Mariscal Estigarribia, y advirtió sobre las consecuencias del avance agroindustrial:

El Chaco paraguayo es una de las zonas con mayor deforestación del mundo. Ya estamos viendo los efectos del cambio climático. Los venenos que se usan en los cultivos envenenan el suelo, el aire y el agua. Así aumenta el cáncer, y nadie toma medidas.”

Asimismo, expresó su inquietud por la falta de consulta y respeto hacia las comunidades indígenas afectadas por proyectos como la ruta bioceánica, denunciando que “no llegan las mitigaciones prometidas” y que muchas familias están en riesgo de perder sus tierras.

Un llamado a la conciencia y al respeto

El obispo cerró la entrevista con un llamado a la empatía y la responsabilidad social frente al sufrimiento de los pueblos originarios:

La población indígena no está en Asunción por diversión, sino por necesidad. Ojalá haya más conciencia y otra actitud hacia ellos.”

Monseñor Miguel Fritz, religioso de los Oblatos de María Inmaculada, es reconocido por su compromiso pastoral con las comunidades del Chaco y por su defensa del medioambiente. Su testimonio refleja una voz crítica que interpela al país sobre la necesidad de repensar el desarrollo en una de las regiones más olvidadas y vulnerables del Paraguay.

jueves, 6 de noviembre de 2025