Un llamado urgente desde Caazapá: Fe, ecología y comunidad

Abundio Cáceres, diácono permanente de la diócesis de Caazapá, comparte una reflexión que entrelaza fe, ecología y compromiso social, tras constatar los cambios ambientales que amenazan la vida en su tierra. Entrevista realizada por Luis Fernando Ibañez durante la Semana Social Praguaya 2025, para el programa «Estación Sur».

Abundio Cáceres Agüellos, diácono permanente de la diócesis de Caazapá

La pastoral que nace de la tierra

Caazapá, una región históricamente olvidada y marcada por desafíos estructurales, se ha convertido en tierra fértil para una nueva pastoral comprometida con la ecología integral. Abundio, con tono firme y sereno, compartió la importancia de este «caminar juntos» que impulsa la diócesis, inspirada en los principios del Papa Francisco y su encíclica Laudato si’.

“Esta nueva diócesis, por la bendición del Señor, empieza un camino esperanzador. La región necesita ayuda en todos los aspectos: social, económico, cultural y, sobre todo, espiritual”, afirmó Abundio.

El impacto ambiental de la expansión agrícola

La expansión descontrolada del cultivo de soja en el norte y de arrozales en el sur del departamento preocupa a las comunidades rurales. La tala indiscriminada de bosques, el uso intensivo de recursos hídricos y la pérdida de biodiversidad son consecuencias que afectan directamente a la población.

Hace 30 años era selva, hoy en día es campo. La desertificación es real. Y eso trae consecuencias sociales, como la escasez de agua y la disminución de la ganadería local”, relató el diácono, visiblemente conmovido.

Casos concretos como el de un joven ganadero que no logró sostener su producción por falta de agua fueron mencionados como ejemplos alarmantes del daño ecológico provocado por un modelo productivo sin límites éticos ni ambientales.

La voz de la Iglesia ante el cambio climático

Para Abundio, la Iglesia tiene un rol clave en este contexto: despertar la conciencia ambiental desde el Evangelio y la fraternidad.

“Debemos comunicar todos juntos, levantarnos juntos. El Papa ya nos ha dado el impulso para amar y cuidar los tres elementos fundamentales: tierra, agua y aire”, subrayó, citando Laudato si’ como guía espiritual y acción concreta.

La diócesis de Caazapá ha empezado a trabajar en una pastoral ecológica, que incluye acciones comunitarias, charlas, reforestaciones y formación de conciencia en espacios educativos y familiares.

El papel del diácono permanente

Abundio también dedicó parte de su intervención a explicar qué significa ser un diácono permanente: un servidor ordenado que, sin ser sacerdote, cumple un papel esencial en la vida comunitaria y eclesial. Casado, padre de familia y docente jubilado, realiza su ministerio con cercanía a la gente y profunda vocación de servicio.

“Celebramos bautismos, llevamos la Eucaristía, trabajamos con enfermos y comunidades. Servimos en la caridad, la liturgia y la Palabra. Vivimos en medio de la comunidad y acompañamos a nuestra gente día a día”, explicó.

Actualmente, en Caazapá, hay una activa Escuela de Formación de Diáconos Permanentes, con casi 30 alumnos en proceso de formación, junto a sus esposas y familias.

Educar desde la experiencia y la fe

Como docente de ciencias naturales, Abundio recordó cómo desde el aula intentó concientizar a los jóvenes sobre la importancia del medioambiente. Sin embargo, también denunció la falta de controles reales ante la tala y tráfico ilegal de rollos de madera.

“Fui a la comisaría con mis alumnos, pero nos dijeron que debían dejar pasar los camiones por órdenes superiores. Eso también debe cambiar”, sentenció con determinación.

Un llamado a volver a las raíces

En tiempos de dispersión familiar por el trabajo y la tecnología, Abundio hizo un llamado a volver a reunirse, conversar, compartir y educar desde el hogar, recuperando la sabiduría de los mayores y los valores cristianos.

“Hoy Dios nos pide volver a la fuente. Escuchar al papá, al abuelo, reunirnos en familia. Porque si no cuidamos la ecología ni educamos a nuestros hijos en ello, ¿qué futuro les dejamos?, advirtió.

Conclusión

El testimonio de Abundio Cáceres no es solo un discurso pastoral, sino un grito profético desde una tierra silenciada, que clama por justicia ecológica y social. Su palabra, inspirada en la sencillez de San Francisco de Asís, nos recuerda que cuidar la creación no es una opción, sino una obligación moral, espiritual y humana.

“El oxígeno no tiene precio… y sin embargo, durante la pandemia, cuántos murieron por falta de él. ¿Qué más necesitamos para entender?” —Abundio Cáceres

martes, 30 de septiembre de 2025